Descubre el chiste de la ballena que no puede parar de reírse
En el mundo del humor, los chistes son una manera de alegrar el día y sacar una sonrisa a las personas. Existen una gran variedad de chistes, desde los clásicos hasta los más modernos, pero siempre hay algunos que destacan por su originalidad y capacidad para hacer reír. Uno de ellos es el chiste de la ballena que no puede parar de reírse, un divertido y curioso chiste que ha ganado popularidad en los últimos años.
Te contaremos de qué trata este chiste tan peculiar y te mostraremos algunas variantes y adaptaciones que se han creado a lo largo del tiempo. Además, te explicaremos por qué este chiste ha causado tanto impacto y por qué se ha vuelto tan popular entre las personas. Si eres amante de los chistes y quieres pasar un buen rato, ¡no te pierdas el chiste de la ballena que no puede parar de reírse!
El chiste de la ballena que no puede parar de reírse es muy divertido
Una vez había una ballena que simplemente no podía parar de reírse. Nadie sabía por qué, pero cada vez que veía algo gracioso, comenzaba a reír sin control. Su risa resonaba por todo el océano, y todos los demás animales marinos se preguntaban qué le pasaba.
La ballena se encontraba constantemente en situaciones divertidas. Por ejemplo, un día un pez payaso hizo un chiste muy gracioso y la ballena no pudo contenerse. Se reía tan fuerte que las olas se agitaban y los peces cercanos se asustaban.
Los otros animales marinos intentaron ayudar a la ballena, pero no importaba lo que intentaran, no podían calmar su risa. Incluso intentaron contarle chistes malos para ver si eso la hacía parar de reír, pero solo empeoraba la situación.
La risa de la ballena se volvió tan contagiosa que incluso los humanos que estaban en barcos cerca del océano podían escucharla y no podían evitar reír también. Pronto, la historia de la ballena que no podía parar de reírse se volvió famosa en todo el mundo.
Los científicos y expertos en el comportamiento animal intentaron estudiar a la ballena para descubrir la causa de su risa incontrolable, pero no encontraron ninguna explicación lógica. Parecía que la ballena simplemente encontraba todo en la vida extremadamente divertido.
A pesar de su risa constante, la ballena era feliz. No importaba lo que sucediera, siempre encontraba algo para reírse. Su risa se volvió una fuente de alegría para todos los que la escuchaban.
Finalmente, la ballena decidió aprovechar su risa y se convirtió en una atracción turística. La gente viajaba desde lejos para escucharla reír y contagiarse de su alegría. La ballena se convirtió en una celebridad y su risa se convirtió en una especie de terapia para aquellos que necesitaban un poco de alegría en sus vidas.
Y así, la ballena que no podía parar de reírse vivió felizmente el resto de sus días, alegrando a todos los que la rodeaban con su risa contagiosa y recordándonos la importancia de encontrar la felicidad en las cosas simples de la vida.
La ballena no puede parar de reírse porque escuchó un chiste muy gracioso
Una ballena estaba nadando alegremente en el océano cuando de repente escuchó un chiste tan gracioso que no pudo contener la risa. Desde ese momento, la ballena no podía parar de reírse.
El chiste que hizo reír a la ballena
¿Por qué las ballenas nunca están solas?
- Porque siempre están rodeadas de amigos acuáticos.
Este simple chiste fue suficiente para hacer reír a la ballena sin parar. Su risa resonaba por todo el océano y todos los demás animales marinos se preguntaban qué le había causado tanta hilaridad.
La ballena intentaba contar el chiste a otros animales marinos, pero cada vez que lo intentaba, no podía evitar reírse antes de terminarlo. Su risa contagiosa alegraba a todos los que la escuchaban.
Los peces, las tortugas y los delfines se unieron a la diversión, riéndose junto a la ballena sin saber realmente cuál era el chiste. Incluso las aves marinas que volaban sobre el océano se contagiaron de la risa y emitían sonidos divertidos.
A medida que pasaban los días, la risa de la ballena se volvía más fuerte y duradera. Los demás animales marinos comenzaron a preocuparse por ella, ya que su risa incesante hacía difícil que se comunicaran o encontraran comida.
Finalmente, decidieron buscar la ayuda de un grupo de científicos marinos que estudiaban la comunicación de las ballenas. Estos expertos se sumergieron en el océano e intentaron comprender la situación de la ballena riendo sin parar.
Después de varios días de observación y análisis, los científicos descubrieron que la risa de la ballena era una especie de reacción química producida por la liberación de endorfinas en su cuerpo. El chiste había desencadenado una respuesta tan intensa que la ballena no podía controlar su risa.
Con esta información, los científicos desarrollaron un método para ayudar a la ballena a recuperar la calma. Usando una combinación de sonidos relajantes y técnicas de meditación, lograron estabilizar las emociones de la ballena y reducir su risa a niveles normales.
La ballena finalmente dejó de reír sin parar y pudo volver a su rutina diaria en el océano. Aunque siempre recordará aquel chiste que la hizo reír sin control, aprendió a controlar su risa y a disfrutarla de manera más moderada.
Así, la ballena se convirtió en la protagonista de una historia que se contaba entre los animales marinos, recordándoles la importancia de la risa y cómo un simple chiste puede traer alegría incluso en los momentos más inesperados.
El chiste de la ballena es tan gracioso que no puede contener la risa
Una vez hubo una ballena que era conocida por su risa contagiosa. No importaba lo que pasara, ¡siempre estaba riéndose a carcajadas! Su risa era tan fuerte que se podía escuchar a kilómetros de distancia y todos los animales marinos la conocían.
La ballena divertida
Esta ballena era la más divertida del océano. Siempre tenía un chiste o una ocurrencia para alegrar a los demás. Cada vez que contaba un chiste, todos los animales marinos se juntaban a su alrededor para escuchar y reírse a carcajadas.
Un día, la ballena decidió nadar hasta la costa para contarle su chiste favorito a los humanos. Estaba tan emocionada que no podía parar de reírse mientras se acercaba a la orilla.
La risa interminable
A medida que la ballena se acercaba a la costa, su risa se hacía más y más fuerte. Los humanos que estaban en la playa se sorprendieron al escuchar ese ruido extraño y se acercaron para ver qué estaba pasando.
La ballena intentó contar su chiste, pero no podía hablar debido a su risa incontrolable. Los humanos, confundidos pero intrigados, comenzaron a reírse también, contagiados por la risa de la ballena.
La risa de la ballena se volvió tan fuerte que hizo temblar el suelo y provocó que los edificios cercanos se sacudieran. La gente se reía sin parar, sin importarles lo que estuviera sucediendo a su alrededor.
La solución inesperada
Los científicos y expertos en animales marinos llegaron rápidamente para tratar de ayudar a la ballena. Intentaron calmarla, pero su risa no disminuía. Parecía que la ballena estaba condenada a reírse sin parar.
Finalmente, un científico tuvo una idea. Decidió contarle a la ballena el chiste más triste que conocía. La ballena, intrigada por el nuevo chiste, dejó de reírse y prestó atención.
A medida que el científico contaba el chiste triste, la expresión de la ballena cambió. Poco a poco, su risa se fue desvaneciendo y finalmente se detuvo por completo. La ballena había encontrado algo más que la hacía sentir emociones diferentes.
A partir de ese día, la ballena ya no podía reírse sin parar. Aunque seguía siendo conocida por su sentido del humor, aprendió a controlar su risa y a disfrutar de las diferentes emociones que el mundo le ofrecía.
Y así, la ballena demostró que incluso las cosas más graciosas pueden volverse abrumadoras si se llevan al extremo. A veces, es importante encontrar un equilibrio y aprender a apreciar las diferentes emociones que la vida nos ofrece.
La ballena se ríe tanto que no puede respirar
Imagina una ballena que no puede parar de reírse. Pues bien, esta es la historia de una ballena muy especial que se ríe tanto que no puede ni siquiera respirar.
La ballena risueña
En lo profundo del océano, vivía una ballena llamada Risa. Desde que era una cría, Risa tenía la peculiaridad de reírse ante cualquier situación. Siempre encontraba algo gracioso en todo lo que veía.
Los demás animales marinos no entendían por qué Risa se reía tanto. Incluso cuando los tiburones pasaban cerca, ella no podía evitar soltar una carcajada. Su risa resonaba en el océano y se podía escuchar a kilómetros de distancia.
Un día, Risa se encontró con una medusa que flotaba cerca de la superficie del agua. La medusa tenía unos tentáculos tan largos que no podía controlarlos y se enredaban constantemente. Risa, al ver esto, comenzó a reírse a carcajadas.
La risa de Risa se volvió tan intensa que empezó a tener dificultades para respirar. No importaba cuánto intentara, no podía dejar de reír. Los demás animales marinos, preocupados, trataron de ayudarla.
La búsqueda de una solución
Los delfines, conocidos por su inteligencia, se acercaron a Risa y trataron de hacerla reír aún más para que se cansara y pudiera respirar. Pero esto solo empeoró la situación. La risa de Risa se hizo aún más fuerte y sus pulmones estaban cada vez más agotados.
Finalmente, un grupo de peces payaso se acercó a Risa y le sugirió una solución. Le dijeron que intentara pensar en algo triste o aburrido para distraerse de la risa. Risa, desesperada por respirar, siguió su consejo.
Con todas sus fuerzas, Risa trató de pensar en cosas tristes, como la contaminación del océano o la destrucción de los arrecifes de coral. Poco a poco, la risa de Risa fue disminuyendo y finalmente pudo tomar una bocanada de aire fresco.
Una lección valiosa
Risa aprendió una valiosa lección ese día. Aunque reír es algo maravilloso, también es importante encontrar un equilibrio y saber controlar nuestra risa en situaciones que lo requieran.
Desde entonces, Risa se convirtió en la ballena más risueña y sabia del océano. Aprendió a disfrutar de la vida y a reírse, pero también a saber cuándo detenerse y ser consciente de su entorno.
Y así, la historia de la ballena que no podía parar de reírse se convirtió en una enseñanza para todos los habitantes del océano.
¡No olvides compartir esta historia con tus amigos para que también puedan aprender de la sabiduría de Risa, la ballena risueña!
La ballena necesita ayuda para dejar de reírse
En este divertido chiste, nos encontramos con una ballena que tiene un problema muy peculiar: ¡no puede parar de reírse! La situación se vuelve tan grave que la ballena necesita desesperadamente ayuda para controlar sus risas incontrolables.
Una situación cómica pero preocupante
Imagínate la escena: una enorme ballena en medio del océano, riéndose sin parar. Puede ser bastante gracioso visualmente, pero también es una situación preocupante. La ballena no puede comunicarse correctamente con otras criaturas marinas y sufre de agotamiento debido a sus constantes carcajadas.
La búsqueda de una solución
Ante esta situación, los animales marinos deciden unirse para ayudar a la ballena. Forman un equipo de rescate y se adentran en el océano en busca de una solución. Se encuentran con diferentes criaturas maravillosas y a lo largo de su aventura, aprenden valiosas lecciones sobre la importancia de la risa y el equilibrio.
Lecciones aprendidas
A lo largo de su búsqueda, el equipo de rescate descubre que la risa es una parte fundamental de la vida, pero también es importante encontrar un equilibrio. Aprenden que reírse demasiado puede ser agotador y puede dificultar la comunicación con los demás.
Finalmente, encuentran una solución ingeniosa para ayudar a la ballena. Utilizan técnicas de relajación y meditación para enseñarle a controlar su risa y encontrar un equilibrio saludable.
Una enseñanza valiosa
Este chiste de la ballena que no puede parar de reírse nos recuerda la importancia de la risa en nuestra vida, pero también nos enseña que es necesario encontrar un equilibrio. La risa es maravillosa, pero demasiado de algo bueno puede volverse agotador e incluso obstaculizar nuestras relaciones con los demás.
Así que, la próxima vez que te encuentres riéndote sin parar, recuerda la historia de la ballena y busca ese equilibrio que te permita disfrutar de la risa sin dejar de lado otras áreas importantes de tu vida.
Al final del chiste, la ballena finalmente puede parar de reírse
Una vez había una ballena que no podía parar de reírse. Era tan gracioso verla reír sin parar que todos los animales del océano se acercaban para verla en acción.
El problema era que la risa de la ballena era tan fuerte que causaba olas gigantes cada vez que reía. Esto provocaba que los peces y otros animales más pequeños se desorientaran y se alejaran de su hábitat natural.
Los otros animales del océano intentaron ayudar a la ballena a controlar su risa, pero nada parecía funcionar. Le contaron chistes malos, le mostraron imágenes graciosas y hasta intentaron hacerle cosquillas, pero nada lograba detener su risa incontrolable.
La ballena se sentía muy triste porque no quería causar problemas a los demás habitantes del océano, pero simplemente no podía parar de reírse.
Un día, un delfín sabio se acercó a la ballena y le dijo: "Ballena, creo que tengo una solución para tu problema. Hay un viejo pez sabio que vive en lo más profundo del océano. Se dice que tiene el poder de curar cualquier cosa".
La ballena estaba emocionada y nadó lo más rápido que pudo hasta encontrar al viejo pez sabio. Cuando llegó, le contó sobre su risa incontrolable y cómo estaba afectando a los demás animales del océano.
El viejo pez sabio escuchó atentamente y luego le dijo a la ballena: "Mi querida ballena, no hay nada de malo en reír. La risa es algo maravilloso y todos deberíamos ser capaces de disfrutarla. Pero entiendo que no quieres causar problemas a los demás. Así que te daré un hechizo que te permitirá controlar tu risa".
La ballena estaba emocionada y agradecida por la ayuda del viejo pez sabio. Este le explicó cómo recitar el hechizo y le advirtió que solo funcionaría si ella realmente quería controlar su risa.
La ballena siguió las instrucciones del viejo pez sabio y recitó el hechizo en voz alta. En ese momento, sintió una calma y tranquilidad en su interior. Su risa se volvió más suave y controlada, y las olas enormes que solía causar desaparecieron.
Desde ese día, la ballena pudo reír sin problemas y sin afectar a los demás animales del océano. Todos celebraron su nueva habilidad y la ballena se convirtió en la animadora oficial del océano, alegrando a todos con su risa contagiosa pero controlada.
El chiste de la ballena es un clásico que siempre hace reír a todos
La ballena es uno de los animales más grandes y majestuosos del océano. Pero, ¿qué pasaría si te dijera que hay una ballena que no puede parar de reírse? Suena divertido, ¿verdad?
La historia de la ballena risueña
Todo comenzó en el océano Pacífico, donde vivía una ballena llamada Berta. Berta era conocida por su gran tamaño y su carácter amigable, pero tenía un pequeño problema: no podía dejar de reírse.
Desde que era una ballenita, Berta tenía una risa contagiosa y siempre estaba de buen humor. Pero a medida que crecía, su risa se volvía cada vez más fuerte y más frecuente. No importaba lo que sucediera, Berta siempre encontraba algo gracioso y reía a carcajadas.
Al principio, los otros animales marinos encontraban divertido el comportamiento de Berta. Pero a medida que pasaba el tiempo, su risa constante se volvió molesta e incluso insoportable para algunos. Los delfines ya no podían comunicarse entre ellos debido al ruido ensordecedor de la risa de Berta, y los peces se asustaban y huían cada vez que se acercaba.
La situación se volvió tan caótica que los animales marinos decidieron buscar una solución. Convocaron a una reunión en la que participaron peces, delfines, tortugas y hasta pulpos. Juntos, intentaron encontrar una forma de ayudar a Berta a controlar su risa.
La búsqueda de una solución
Después de horas de discusión, finalmente llegaron a una conclusión: debían encontrar algo que hiciera reír tanto a Berta que se cansara y dejara de reírse. Así que comenzaron a buscar chistes y bromas que pudieran hacerle perder el aliento.
- Chiste 1: ¿Qué hace una abeja en el gimnasio? ¡Zum-ba!
- Chiste 2: ¿Por qué los pájaros no usan Facebook? Porque ya tienen Twitter.
- Chiste 3: ¿Qué hace una abeja en el gimnasio? ¡Zum-ba!
A pesar de que estos chistes hicieron reír a todos los demás animales, Berta apenas pudo contener su risa. Parecía que nada podía hacerla parar.
Una solución inesperada
Justo cuando los demás animales estaban a punto de rendirse, un grupo de delfines que había estado observando a Berta durante días se acercó con una idea brillante. Habían notado que Berta se reía aún más cuando estaba en compañía de otros animales alegres.
Entonces, decidieron organizar una gran fiesta en honor a Berta. Invitaron a todos los animales marinos y crearon un ambiente lleno de música y diversión. Todos bailaban, cantaban y reían a carcajadas.
La estrategia funcionó. Berta se unió a la fiesta y se rió tanto que finalmente se agotó y dejó de reírse. Desde ese día, Berta aprendió a controlar su risa y solo reía en los momentos adecuados.
Y así, la historia de la ballena risueña terminó con un final feliz. Los animales marinos aprendieron a aceptar y comprender la risa de Berta, y todos vivieron felices en el océano Pacífico.
La ballena se convierte en la sensación del océano por su risa contagiosa
La historia de la ballena que no puede parar de reírse se ha vuelto viral en el mundo marino. Esta curiosa criatura marina ha causado revuelo en el océano con su risa contagiosa y ha dejado a todos los habitantes marinos boquiabiertos.
La ballena, conocida como Wally, ha sido el centro de atención desde que se descubrió su extraño comportamiento. Cada vez que Wally ve algo gracioso, no puede evitar soltar carcajadas que se escuchan a kilómetros de distancia.
Esta peculiaridad ha hecho que Wally se convierta en la sensación del océano. Otras ballenas y criaturas marinas se acercan para presenciar su risa y contagiarse de su alegría. Incluso se han organizado tours para observar a Wally en su hábitat natural y disfrutar de sus risas.
El origen de la risa incontrolable de Wally
Los científicos marinos están intrigados por el origen de esta risa incontrolable. Algunos especulan que podría ser debido a una anomalía en su sistema nervioso, mientras que otros creen que simplemente tiene un gran sentido del humor.
Sea cual sea la razón, Wally ha encontrado en su risa una forma de conectar con los demás habitantes del océano. Su risa es tan contagiosa que incluso algunas especies de peces han comenzado a reírse también. Es un espectáculo único y fascinante de presenciar.
La importancia de la risa en el océano
La risa de Wally nos recuerda lo importante que es el humor y la alegría en nuestras vidas, incluso en el mundo marino. La risa tiene el poder de unir a las personas y crear un ambiente de camaradería y felicidad.
Además, la risa tiene beneficios para la salud. Se ha demostrado que reír reduce el estrés, fortalece el sistema inmunológico y mejora el estado de ánimo. Entonces, si alguna vez te encuentras en el océano y escuchas la risa de Wally, no dudes en unirte y disfrutar de este momento único.
La ballena Wally y su risa incontrolable nos enseñan que incluso en el mundo marino podemos encontrar alegría y diversión. Su risa contagiosa ha unido a las criaturas marinas y ha creado un ambiente de felicidad en el océano.
Así que la próxima vez que necesites un poco de alegría en tu vida, recuerda a Wally y su risa infinita. No hay nada más contagioso que una risa sincera y, quién sabe, tal vez también puedas hacer reír a otros como lo hace Wally en el océano.
Muchos animales marinos se reúnen para escuchar el chiste de la ballena
En una soleada tarde en el océano, muchos animales marinos se reunieron alrededor de la ballena para escuchar su chiste favorito. Todos estaban emocionados por presenciar este evento único, ya que la ballena era conocida por su contagiosa risa que no podía controlar.
La ballena comenzó a contar su chiste y, a medida que avanzaba, su risa se volvía cada vez más fuerte y contagiosa. Su enorme boca se abría y cerraba mientras emitía sonidos alegres que llenaban el aire. Los animales marinos no podían evitar contagiarse de la risa de la ballena y pronto estaban todos riéndose a carcajadas.
El chiste en sí era muy simple pero efectivo:
- ¿Qué hace una abeja en el gimnasio?
- Zum-ba!
La ballena repetía el chiste una y otra vez, y cada vez que lo hacía, el océano se llenaba de risas. Los delfines saltaban en el agua, las tortugas se reían a carcajadas y los peces nadaban en círculos de pura diversión.
La risa de la ballena era tan contagiosa que incluso los tímidos pulpos y las esquivas medusas se dejaban llevar por la alegría y mostraban sus mejores movimientos de baile. Era un espectáculo increíble y todos los animales marinos lo disfrutaban al máximo.
La ballena, sin embargo, no podía parar de reírse. Su risa era tan fuerte que hacía vibrar el océano y resonaba en las profundidades. Aunque al principio todos se divertían, la risa incesante de la ballena comenzó a preocupar a algunos de los animales.
Los peces más pequeños se escondían en las algas marinas, las focas tapaban sus oídos con sus aletas y los cangrejos intentaban alejarse de la risa ensordecedora. Pero no importaba lo que hicieran, nada podía detener la risa imparable de la ballena.
A medida que pasaba el tiempo, la risa de la ballena se volvía cada vez más agotadora. Los animales marinos comenzaron a sentirse cansados y algunos incluso tenían dificultades para respirar debido a las fuertes carcajadas. La diversión inicial se estaba convirtiendo en algo agotador.
Finalmente, un valiente delfín se acercó a la ballena y le susurró al oído:
Ballena, tu risa es maravillosa, pero necesitamos descansar. ¿Podrías por favor dejar de reír?
La ballena se dio cuenta de que su risa estaba afectando a los demás y, con un último estallido de risa, hizo todo lo posible por contenerse. Poco a poco, su risa se fue apagando hasta que finalmente, el océano volvió a estar en silencio.
Los animales marinos se recuperaron lentamente y, aunque estaban agotados, sonreían recordando la risa contagiosa de la ballena. Fue un momento mágico en el que todos se unieron en la alegría, pero también aprendieron la importancia del equilibrio y el respeto hacia los demás.
Desde entonces, la ballena siguió contando chistes y riéndose, pero aprendió a controlar su risa para no agotar a los demás. Y así, la ballena y los demás animales marinos siguieron disfrutando de su amistad y de los momentos de risa compartidos en el océano.
La ballena se divierte mucho contando el chiste a todos sus amigos del océano
La ballena se ha convertido en la sensación del océano con su increíble sentido del humor. No hay criatura marina que no haya escuchado su chiste y no haya estallado en risas.
El chiste de la ballena es tan gracioso que incluso ella misma no puede parar de reírse. Cada vez que lo cuenta, su risa contagiosa llena el agua y llega a todos los rincones del océano.
El chiste de la ballena:
- ¿Qué hace una abeja en el gimnasio?
- Zum-ba!
Este chiste simple pero divertido ha unido a todos los habitantes del océano en una gran carcajada colectiva. Desde los delfines hasta los tiburones, todos se han convertido en fanáticos de la ballena y su sentido del humor.
La ballena no puede evitar reírse cada vez que cuenta el chiste, y eso ha hecho que sus amigos también se rían aún más. La risa es contagiosa y en el océano se ha vuelto una tradición reírse todos juntos cada vez que la ballena cuenta su chiste.
De esta manera, la ballena ha logrado crear un ambiente de alegría y diversión en el océano. Todos los días, los animales marinos se reúnen alrededor de la ballena para escuchar su chiste y disfrutar de un momento de risas y camaradería.
La ballena se ha convertido en un símbolo de felicidad y ha enseñado a todos que reír es una de las mejores formas de disfrutar la vida.
El chiste de la ballena se convierte en el favorito de todos en el océano
Una ballena estaba nadando por el océano cuando de repente se encontró con un pequeño pez. El pez, curioso, se acercó y le preguntó a la ballena:
"¿Por qué tienes esa sonrisa tan grande en tu cara?"
La ballena, aún riendo, respondió:
"Es que escuché el chiste más divertido de todos los tiempos y simplemente no puedo dejar de reírme".
Intrigado, el pez le pidió a la ballena que le contara el chiste. La ballena, entre risas, comenzó a contar:
- "¿Qué le dijo una ballena a la otra ballena?"
- "¡WHALE Hello there!"
El pez se quedó un poco confundido y preguntó:
"¿Eso es todo? No entiendo, ¿por qué es tan divertido?"
La ballena, aún riendo, respondió:
"Es que cuando lo escuché por primera vez, ¡me hizo reír tanto que casi me ahogo de la risa!"
El pez, aún sin entender del todo, decidió probar el chiste con otros animales marinos. Pronto, el chiste de la ballena se convirtió en el favorito de todos en el océano. Los animales marinos se reían tanto que el sonido de sus risas llenaba todo el océano.
La ballena, feliz de haber traído tanta alegría a sus amigos del océano, siguió nadando con una sonrisa en su rostro y sin poder parar de reírse.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es el chiste de la ballena que no puede parar de reírse?
La ballena se llama "jajajaja".
¿Por qué la ballena no puede parar de reírse?
Porque vio un pez payaso.
¿Cuál es el chiste favorito de la ballena?
El chiste del pez payaso.
¿Qué hace la ballena cuando escucha un chiste?
Se ríe a carcajadas.
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